Las Escuelas Infantiles Municipales, en las que convivimos, crecemos y aprendemos juntos, niños y niñas, familias y profesionales, están inmersas y viviendo uno de sus principales retos: son tiempos de ACOGIDA y mutua ADAPTACIÓN.
Antes de que el Curso comience, toda la Escuela se vuelca y cuida de una forma muy especial estos primeros tiempos en los que se han ido incorporando las criaturas y sus familias…
Compartir con las familias y la sociedad en general, la crianza y la educación de los y las más pequeñas, es lo que nos da sentido y así, cada una de las Escuelas cuida ser un lugar de vida, diferente pero muy cercano al familiar, en donde velar conjuntamente por el desarrollo y el crecimiento feliz y armónico de sus criaturas…
Cada nuevo Curso se nos presenta como una ventana abierta a nuevos encuentros, a la aventura compartida de crecer…
Cada criatura que llega a la escuela – este lugar privilegiado de transición entre sus primeras y primordiales vivencias de apego familiar y la experiencia social más amplia que ésta les va a brindar- aporta una historia propia e irrepetible que queremos conocer en su grandeza y darle plena cabida…
Están viviendo cambios importantes en sus vidas que, a cada criatura y especialmente a quienes por primera vez se han separado de su entorno familiar, van a afectar profundamente a su crecimiento y a su forma de relacionarse con la escuela. Inmersos en un mundo de nuevas relaciones, rutinas y experiencias que, cada cual a su ritmo están haciendo suyas, no sin un coste emocional que, bien sabemos, aflora de muy diferentes formas…
Son tiempos de acompañamiento y comprensión… entendemos en todo momento sus protestas más o menos expansivas, ponemos palabras y calmamos sus posibles sentimientos de abandono, sus miedos, comprendiendo y conteniendo sus enfados, cambios de humor, rechazos, disfrutando sus logros…
¡Todo nos habla del crecimiento que de forma personal están librando y para el que, sabemos, nos necesitan más que nunca!
Por ello las relaciones con las familias son especialmente cuidadas, conscientes de que ellas también precisan de un tiempo de adecuación al cole. La separación de su más preciado tesoro no puede menos que suscitar también una amplia gama de sentimientos. Son tiempos de escucha y de tenernos en cuenta…
La Escuela propicia muchos y variados medios de comunicación para irnos conociendo y que fluya la confianza y ésta sea la base de unas ricas y fructíferas relaciones siempre necesarias.
Madres, padres, profesionales… desplegamos todos los recursos necesarios para acompañarles y serles de ayuda y así afianzar ese puente por el que las criaturas avanzarán cada día con más confianza en sí mismos, uniendo y discerniendo sus dos mundos afectivos y, sobre todo creciendo fuertes y con recursos para mostrarse abiertamente, sentirse acompañado en su aventura de conocer y actuar en este mundo inmenso que se les abre…
¡Un reto extraordinario en torno al que, seguro, hay tantas vivencias que comentar y que animamos a compartir!